Oración y carisma de la Anunciación
Hermanitas de la Anunciación constituimos en la Iglesia una Congregación religiosa de vida apostólica, de derecho pontificio.
Nuestra norma de vida es el seguimiento de Cristo tal como se propone en el Evangelio, mediante la práctica, en comunión fraterna, de los consejos evangélicos y la entrega al servicio de Dios y de la Iglesia, en una consagración que radica en la del bautismo y la expresa más plenamente. Buscando de este modo la perfección de la caridad, queremos ser un testimonio del Reino a fin de que todos glorifiquemos al Padre que está en los cielos.
Nuestra Fundadora Madre María Berenice, fundó la Congregación para anunciar el Mensaje de Salvación a todos, especialmente a la niñez y juventud, la familia, en las parroquias, la salud, las misiones a través de la educación.
Contemplando en el misterio de la Anunciación la entrega del Verbo a la humanidad, encontraremos el amor, la luz y la alegría que nos impulsen a promover a la persona humana hacia la plenitud en Cristo y ayudar así a la configuración cristiana del mundo.
María, Virgen de la Anunciación, nos llevará a acoger y anunciar con gozo, en fe y disponibilidad, la Palabra de Dios. La Anunciación es obra de Dios, se extenderá por toda la tierra. Madre Berenice
ORACIÓN, FORMACION, MISION, COMUNIDAD.
La oración ha de ser para nosotras un entrar en comunión con la voluntad del Padre en Cristo, conducidas por el Espíritu Santo.
LA ESPIRITUALIDAD EUCARÍSTICA DE AMOR Y REPARACIÓN ES UNA BÚJSQUEDA DE IDENTIFICACIÓN CON DIOS PADRE Y NUESTROS HERMANOS.
Las Hermanitas estamos llamadas a ser testigos «de lo que hemos visto y oído», proclamando existencialmente que el único Absoluto es Dios y que Jesús vive y peregrina con nosotros hacia la consumación del Reino.
Cristo siempre orante en su Iglesia, nos dispone a celebrar la fe en una actitud de alabanza y agradecimiento por la presencia de Dios en el mundo y en la historia; nos conforta en la esperanza activa y nos vitaliza en el amor que se ha de expandir en la comunidad fraterna y en la misión apostólica.
Tendremos especial devoción a María, Virgen de la Anunciación, Madre de Cristo y de la Iglesia. De ella aprenderemos a guardar la Palabra en nuestro corazón, a encarnarla en nuestra vida y ofrecerla al mundo en una continua evangelización.
Recordando el celo con que nuestra Madre Berenice Fundadora predicaba y meditaba los misterios del Rosario, las hermanitas rezaremos diariamente una parte en comunidad.
Nuestra norma de vida es el seguimiento de Cristo tal como se propone en el Evangelio, mediante la práctica, en comunión fraterna, de los consejos evangélicos y la entrega al servicio de Dios y de la Iglesia, en una consagración que radica en la del bautismo y la expresa más plenamente. Buscando de este modo la perfección de la caridad, queremos ser un testimonio del Reino a fin de que todos glorifiquemos al Padre que está en los cielos.
Nuestra Fundadora Madre María Berenice, fundó la Congregación para anunciar el Mensaje de Salvación a todos, especialmente a la niñez y juventud, la familia, en las parroquias, la salud, las misiones a través de la educación.
Contemplando en el misterio de la Anunciación la entrega del Verbo a la humanidad, encontraremos el amor, la luz y la alegría que nos impulsen a promover a la persona humana hacia la plenitud en Cristo y ayudar así a la configuración cristiana del mundo.
María, Virgen de la Anunciación, nos llevará a acoger y anunciar con gozo, en fe y disponibilidad, la Palabra de Dios. La Anunciación es obra de Dios, se extenderá por toda la tierra. Madre Berenice
ORACIÓN, FORMACION, MISION, COMUNIDAD.
La oración ha de ser para nosotras un entrar en comunión con la voluntad del Padre en Cristo, conducidas por el Espíritu Santo.
LA ESPIRITUALIDAD EUCARÍSTICA DE AMOR Y REPARACIÓN ES UNA BÚJSQUEDA DE IDENTIFICACIÓN CON DIOS PADRE Y NUESTROS HERMANOS.
Las Hermanitas estamos llamadas a ser testigos «de lo que hemos visto y oído», proclamando existencialmente que el único Absoluto es Dios y que Jesús vive y peregrina con nosotros hacia la consumación del Reino.
Cristo siempre orante en su Iglesia, nos dispone a celebrar la fe en una actitud de alabanza y agradecimiento por la presencia de Dios en el mundo y en la historia; nos conforta en la esperanza activa y nos vitaliza en el amor que se ha de expandir en la comunidad fraterna y en la misión apostólica.
Tendremos especial devoción a María, Virgen de la Anunciación, Madre de Cristo y de la Iglesia. De ella aprenderemos a guardar la Palabra en nuestro corazón, a encarnarla en nuestra vida y ofrecerla al mundo en una continua evangelización.
Recordando el celo con que nuestra Madre Berenice Fundadora predicaba y meditaba los misterios del Rosario, las hermanitas rezaremos diariamente una parte en comunidad.
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